Porque, es cierto que el desafío de la bipedestación ha supuesto para el hombre una lucha contra la fuerza de la gravedad, ya que en los animales cuadrúpedos, salvo raras excepciones, no se encuentran desviaciones de columna, y en el caso que nos ocupa, no se demuestra la aparición de escoliosis o deformaciones laterales del raquis .
Pocos son los autores que muestran conclusiones convincentes sobre los resultados obtenidos con trabajo físico (fisioterapia) o, incluso con, actividad físico-deportiva. La gran mayoría de estos autores son de la opinión que la fisioterapia, per se, no tiene un efecto corrector real. Cailliet, R. (1975) establece que los ejercicios pautados no resuelven la escoliosis en el adolescente. Charrière, l. cuando hace referencia a la literatura anglosajona, también, afirma que la gimnasia correctivo/terapéutica no es eficaz en el tratamiento de la escoliosis. Tresserra, y cols. (1971) , (1989) muestran que aunque la fisioterapia presenta unos criterios de trabajo serios y rigurosos es difícil demostrar o pretender el enderezamiento progresivo, la estabilización y alineación de la escoliosis. Tribastone, F. (1991), establece que la natación no se puede descartar en los individuos paramórficos, pero no es aconsejable hacerles creer en la eficacia milagrosa de dicha práctica. Y más adelante comenta, (p. 416) «de estos ejercicios no se esperan resultados directos sobre la desviación pero la mejora general de la vitalidad del tono permitirá por lo menos, limitar el componente asténico reductible de la desviación». En ningún caso se presenta un método de trabajo pautado y adecuado a las desviaciones escolióticas, así como una planificación estructurada del programa a realizar.
Los trabajos expuestos sobre los resultados fisioterapéuticos si que presentan una metodología de actuación y se ciñen a técnicas concretas de intervención. En este sentido, Sastre, S. (1995) , por ejemplo, muestra, en su trabajo, los resultados positivos del sistema (Fijación, Elongación y Desrotación).
La Natación Terapéutica tal como defendemos en nuestra publicación es un programa que utiliza las actividades acuáticas educativas con una finalidad de trabajo puramente higiénico-preventivo, aprovechando las propiedades físicas que el medio acuático presenta. Este programa, inicialmente, se sustenta en el Principio de Arquímedes, en el que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido que desaloja. En consecuencia, todo cuerpo sumergido ejerce una presión sobre la superficie acuática, que es igual al peso de la columna de líquido situado debajo de este cuerpo. Por lo tanto, esta presión es directamente proporcional a:
La profundidad de inmersión.
La densidad del líquido.
Pero el peso aparente de un cuerpo sumergido es igual a su peso real disminuido por el empuje que supone el principio de Arquímedes. En consecuencia, y tras los estudios de Mollon, G. , se ha podido constatar que, en inmersión total, el peso aparente se sitúa alrededor del 3% del peso real. Si la inmersión, en lugar de ser total, es parcial, los porcentajes varían en función de las partes del cuerpo que emerjan o queden fuera del fluido. Los estudios de Hérisson, Ch., Simon, L. muestran que el peso aparente es aproximadamente la mitad del peso real en inmersión hasta la cadera. En inmersión torácica, corresponde a la 1/3 parte de dicho peso. Y en máxima sumersión, el peso aparente es, aproximadamente, 1/10 parte del peso real. Este concepto es de considerable importancia, porque la acción hipogravitatoria acuática nos va a proporcionar, junto a unos ejercicios de fuerza isométrica, isotónica o auxotónica, una batería de recursos técnicos ciertamente sorprendentes.
Autor: Oscar Morales