Ayer tarde coincidí con uno de mis alumnos, andaba buscando ropa de padel en una famosa tienda de la zona; y pensé lo curioso de ver cómo algunos se decantan por la eleccíon del material en base a su estética y no a lo que realmente les conviene según la forma de usarlo. Esto me hizo recordar una lesión que tuve en el codo cuando andaba en plena competición y “tonteaba” de vez en cuando con una pala poco apropiada.
MATERIAL NO APROPIADO
Para los que provenimos del tenis, jugar a padel es relativamente fácil por la transferencia positiva que tiene una actividad con la otra y recuerdo, además, que me resultaba muy divertido. Tal es así, que poco a poco fui incluyendo más ratos de padel a mis ya intensas horas de tenis.
Era fiel a un material, tenísticamente hablando, por la seguridad y confianza que me daba cierto tipo de raquetas. Pero en el padel, tomaba prestado de un compañero la pala que había más a mano en ese momento.
Una tarde de padel, y en frio, empecé a “apretarle” y soltando un revés, me dio un primer “castañazo” al que no “echas cuenta”, y sigues apretando..
HABLANDO CON EL FISIOTERAPEUTA
Me dijo el “fisio”:
-“Has estado combinando dos actividades de raqueta diferentes. Una lleva cordaje con tensión y la otra no, la presión de la bola es distinta, los grips son distintos, la coordinación óculo-manual, distancias y desplazamientos son diferentes. Y prosiguió…;
“¡Es el epicóndilo!, te explico”;
-“es un saliente óseo (tuberosidad de la parte externa de la epífisis inferior del humero) que se encuentra en la zona externa del codo, en la parte distal del húmero, lugar conflictivo por ser un punto de tensión y por la cantidad de inserciones musculares que en él convergen.
La musculatura epicondilea está compuesta por los músculos del antebrazo que se insertan en ese epicóndilo. Éstos músculos pueden inflamarse y generar dolor si se realizan determinados gestos técnicos (movimientos de muñeca) de manera repetitiva.
EPICONDILITIS HUMERAL EXTERNA
A ésta lesión la denominamos epicondilitis (epicondilitis humeral externa). Usamos este sufijo “-itis” para referirnos a un proceso inflamatorio en los momentos iniciales (fase aguda) pero en realidad nunca existe un proceso inflamatorio del tendón y sí molestias o dolor “-algia”, por lo que realmente tendríamos que usar con propiedad el término epicondalgia (dolor de codo). Si la lesión se cronificara con el tiempo, el término apropiado sería epicondilosis (tendinosis de la musculatura epicondilea)”.
Desafortunadamente aquello se cronificó por no guardar el debido reposo. Eso me dejó fuera de la competición por un largo tiempo.
EPICONDILITIS. LOS SÍNTOMAS
El Fisioterapeuta me dijo que se trataba de una sobrecarga o contractura de la musculatura epicondilea.
Lesión caracterizada por dolor en la cara externa del codo, que a veces irradia o no, a lo largo del antebrazo-mano-dedos. Esto puede provocar hormigueo y parestesias y afectar por tanto a la sensibilidad y fuerza de la mano.
Viene provocada por el uso repetitivo de los extensores de muñeca a la vez que se supina el antebrazo o también por las fuerzas vibratorias que absorbe esa musculatura durante el impacto, característico en tenis, padel, golf e incluso amas de casa. Por regla general, la lesión aparece cuando concurren ambas situaciones a la vez. Es decir, un gesto técnico inadecuado (donde se solicitan los extensores de muñeca), justo en el momento de impactar con la bola. Estas vibraciones son transferidas a la inserción del tendón y con el tiempo esta lesión provoca micro-desgarros. El músculo afectado suele ser el radial, seguido de los extensores de los dedos. En padel, éste gesto viene dado, por regla general, en la fase de impacto-terminación de un golpe de revés. En golfistas, durante la fase de impacto y liberación del palo. En amas de casa, en el giro del palo de la fregona al escurrir el agua y posteriores pases.
La situación se complica, cuando éstos gestos técnicos tan repetitivos tienen lugar con el uso de un material inadecuado. A veces determinado por el grosor del grip (empuñadura) o también por usar palas muy rígidas (varillas en el caso del golf) o por ambas cosas a la vez.
De no intervenir a tiempo (cuando aún es una epicondialgia), causan degeneración en sus fibras y dolor crónico difícil de revertir, pudiendo generar complicaciones y secuelas.
EPICONDILITIS. EL TRATAMIENTO
El colegiado recalcó, que al no ser considerado un proceso inflamatorio, (solo intermitentemente) la toma de antiinflamatorios no tiene mucho sentido y el uso de coderas, si bien puede hacerse de forma puntual, no sirve más que para generar confianza a nivel emocional. Por otra parte el uso de infiltraciones (corticoides) está desaconsejado, por no tener ninguna ventaja terapeutica a largo plazo.
Puntualizó, que el tratamiento en fases tempranas (fase aguda) es vital para una correcta cicatrización muscular. Y que el tratamiento es distinto si está en fase aguda (reciente), o si la lesión ya está cronificada.
Me comentó que lo lógico era aplicar terapia manual y posterior rehabilitación.
Masaje
Se trataba de comenzar con un amasamiento en forma de pinza en la parte externa del antebrazo. Luego localizar los músculos del epicóndilo. Al tacto son bandas tensas longitudinales.
– En caso de fase aguda, localizar la banda que acumula mayor dolor y colocar el dedo índice sobre el punto de dolor. Al mismo tiempo se coloca el dedo corazón sobre el mismo dedo índice y se genera presión con pases transversales entre 2 y 4 min. Ésta técnica es comúnmente conocida como cyriax. Una vez terminada es conveniente aplicar hielo, no más de 10 min.
– En caso de fase crónica, la técnica es la misma, sólo que se incide más en la presión y se alarga a 10 min. Posteriormente se aplicaría calor en lugar de hielo, para favorecer la cicatrización y recuperación de los tejidos, evitando posibles adherencias que interrumpen el aporte de nutrientes.
Estiramientos
Como profesor de tenis y padel y preparador físico con más de 20 años de experiencia en el sector, ésta fase de rehabilitación no me es ajena. Hablando con propiedad, he de decir que la función de los músculos epicóndilos es la de asistir a la extensión del carpo y la extensión del codo.
Por tanto, para su estiramiento, hay que hacer lo contrario. Es decir, flexionar el carpo y los dedos y la pronación del antebrazo de 30 a 40 seg.
Prevención
Mi conclusión, desde el conocimiento y la experiencia, es LA PREVENCIÓN. Y esto es:
– El calentamiento previo es fundamental.
– Reparar en un buen gesto técnico (corregir la técnica de golpeo).
– Uso del material apropiado a nuestras características, (composición, peso y grip) y ser fiel a ese material (no hacer cambios repentinos).
– Respetar los tiempos de descanso (reposo) y evitar estresar la musculatura afectada.
– Trabajo específico de músculos accesorios que estabilizan y dan sostén.
– Adaptar la carga de esfuerzo a nuestras capacidades físicas y con sentido común.
Esperando haber dado algo de luz a algún “codo extraviado”…..