Introduccion
Se sabe que la conducta de los padres hacia el hijo tienen una fuerte incidencia en los intercambios con el pequeño. Si los padres están atentos a los progresos del bebé le irán concediendo, cada día, un poquito más del espacio de independencia y decisión que comienza a reclamar. Sin embargo, no todos los padres suelen atender a estas demandas que los chiquitos realizan con sus gestos, o con cualquiera de las distintas maneras de llamar la atención de estos.
Cuando el niño es interpretado su satisfacción es notoria y el buen humor infantil es capaz de movilizar positivamente el clima afectivo de toda la familia. Cuando, por el contrario, los pequeños resultan frustrados, por incomprensión de los adultos que le rodean o sus demandas son sofocadas porque los mayores accionan en lugar de permitir a los chiquitos hacer su parte las reacciones negativas no se hacen esperar.
Otros pequeños se irritan o enojan manifestando con sus llantos o gritos su disponibilidad con el mundo que lo rodea. Cuando estas reacciones negativas para el desarrollo sano se producen esporádicamente, no reviste mayor importancia. Por el contrario, cuando la desarmonía entre la solicitud del bebé y la respuesta de los padres se convierte en modo de vida, las interacciones padres-hijos se alteran negativamente.
El método de iniciación acuática para bebés o Matronatación es un eficaz recurso que permite a través de los juegos en el agua que los mejores intercambios familiares puedan producirse. Las caricias y el contacto amable surgen espontáneamente cuando la familia comparte los especiales momentos de cada clase. La posibilidad de tener al hijo en brazos sin los obstáculos comunes que imponen la vestimenta y sus accesorios es de por sí una oportunidad regocijante.
Autor: Oscar Morales.