Como fijar Objetivos
- Los objetivos deben ser específicos: piensa y escribe aquello que deseas. Exprésalo de forma clara y concisa: «Voy a perder 10 kilos», «quiero aumentar mi masa muscular en 5 kilos», «voy a bajar de una talla 46 a una 42». Sé claro y piensa a lo grande, puesto que siempre tendrás tiempo de recortar o relativizar los resultados.
- Los objetivos deben ser medidos de forma fácil y fiable: hemos de aprender a cuantificar los progresos con un método que nos sea cómodo y que además refleje un parámetro que exprese el resultado de aquello que queremos medir. Por ejemplo: el peso corporal no es una buena medida para reflejar resultados en un programa de pérdida de peso puesto que no indica exactamente si la pérdida proviene de líquidos, grasa o tejido magro. Yo aconsejo estar más pendientes de la cantidad de grasa que perdemos y de conservar la masa muscular a toda costa, por razones que desvelaremos en otro artículo.
- Deben estar limitados en el tiempo: con esto quiero decir que está genial que te plantees perder 5 kg de grasa o aumentar 2 kg de masa muscular pero… ¿en cuanto tiempo? Para motivarnos debemos establecer un plazo y dividir los objetivos en pequeñas metas alcanzables. Por ejemplo: si te sobran 10 kg y tu objetivo final es perderlos en 5 meses lo ideal es que dividas el periodo y establezcas unos micro objetivos de 2 kg de peso por mes. La consecución de las pequeñas etapas en las que divides un objetivo final son de las motivaciones más fuertes que puedan existir. ¡A la motivación por los resultados!
- Debes ser una persona sincera y establecer objetivos realistas: nadie puede perder 30 kilos en un mes de una forma sana ni aumentar 10 kg de masa muscular como si nada.
- Comprueba que tus objetivos son compatibles: por ejemplo, es muy difícil (aunque no imposible) perder tejido graso mientras agregamos masa muscular, puesto que las pautas dietéticas para uno u otro objetivo son contradictorias. Concéntrate primero en el que más te interese y a continuación ve a por la siguiente etapa.
- Plantéate el por qué de tu objetivo. Piensa en aquellas emociones que te han llevado a tomar la decisión que planteas en tu objetivo, son tan poderosas que siempre actuarán como el mejor motor para activar tu motivación. Focaliza tu objetivo, piensa en el y cree en ti.
- Celebra tus metas y recompénsate por ello. Apunta en en una lista todos los objetivos que has conseguido para tener claro dónde estabas, dónde estás y hacia dónde quieres ir. Es bueno hacer balance, tanto para lo bueno como para lo malo.
- Una vez hayas alcanzado tu meta… ¿qué más podría conseguir? ¿podría mejorar mis pectorales? ¿podría bajar más mi porcentaje graso? . Plantéate nuevas metas y mantén viva la llama de tu motivación.
Y lo más importante: DISFRUTA, piensa que ese momento que te dedicas en el gimnasio es tan solo para ti, es tú momento y nadie puede arrebatártelo. Prioriza sobre todo tu estado de salud.
Autor: Jonathan Lopez